Todos queremos sanarnos, pero para lograr esto se debe llegar al punto más profundo de nuestro ser, no solo en nuestro cuerpo físico, sino en el nivel donde está la energía que nos anima y nos da vida. Allí, en el campo de nuestros pensamientos y nuestras emociones es donde empieza el desequilibrio que lleva a la enfermedad.

La Medicina Complementaria es, en parte, solo un tratamiento energético. La homeopatía, las Flores de Bach, la Acupuntura, el Reiki, con el ordenamiento y equilibrio de nuestros chacras, no tienen un medicamento tangible. Si ocupan un vehículo físico como gotas, glóbulos, pequeñas agujas, pero el medicamento está en un nivel más elevado, son energías ordenadas con la clara y precisa intención de curar.